La ciencia de la biodiversidad y el cambio climático. Tarea 4
Costa Rica ha sido uno de los países pioneros en
elaborar un programa de pago por servicios ecosistémicos a nivel nacional.
Empezó a implementar su programa en 1997, reconociendo 4 servicios de los
bosques: mitigación de las emisiones de gases invernadero, servicios de agua, conservación de la biodiversidad y provisión de recreación y
ecoturismo. Costa Rica tenía una de las velocidades de deforestación más altas
del mundo, pero con el programa ha conseguido deforestación negativa a
comienzos del año 2000.
Alrededor del año 2000 sólo consideraban la
conservación del bosque y plantaciones de madera. Sin embargo, con los años
fueron implementando otras medidas para considerar la agricultura, regeneración
natural entre otros. El programa lo lleva FONAFIFO que está compuesta por tres
representantes del sector público y dos del sector privado. Los pagos y las
prioridades se determinan por decreto ejecutivo.
El programa ha sido financiado en parte con
impuestos a las compras de los combustibles fósiles, durante años también fue
financiado mediante un crédito del Banco Mundial y diversas becas. Aunque al principio
se pensó que los beneficiarios de los servicios de ecosistemas deberían ser los
que pagasen por los servicios hasta la fecha solo pagan una pequeña parte. Los servicios por los que hay que pagar son el agua, la biodiversidad, el carbón o el
paisaje.
El programa parece que sí ha servido para revertir la
tendencia en la deforestación. Los contratos de conservación del bosque pueden
ayudar a evitar la deforestación y ayudan a acelerar la regeneración del
bosque. Aunque también es verdad que es difícil desacoplar el efecto de este
programa de otras medidas para la conservación del bosque.
Considerando todo ello parece que en Costa
Rica sí que ha sido un éxito la implementación de los pagos por servicio
ecosistémico. Una muestra de ello es que se ha reducido considerablemente la
deforestación y otros países se están basando en este modelo.
Aun así sigo pensando que tiene que ser difícil
implementar un programa de este tipo en España. Por un lado habría
que concienciar al público y a las empresas que serían quienes tendrían que
pagar en mayor medida por los servicios. Pero esto requiere cambiar
significativamente su mentalidad, por lo que por ahora lo veo lejano.
Referencia
Pagiola, S. Payments for environmental services in Costa Rica.
Ecological Economics 2008, 65, 712-714.
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