Inteligencia Artificial. Tarea 10.1. Redacción de texto. Asistentes de voz



 La Inteligencia Artificial se puede encontrar en aplicaciones muy diversas, sin que la sociedad haya sido consciente se ha ido desarrollando y ha llegado a muchas áreas de la vida cotidiana.

Una de las aplicaciones es el asistente de voz como Alexa que sirve para buscar información, comprar cosas o poner recordatorios en el calendario. Esta aplicación ha sido posible gracias a los grandes avances que se han hecho en IA. Es necesario que la aplicación sea capaz de entender y clasificar las palabras de los comandos que dictan los usuarios y también realizar  las tareas que le solicitan.

Algunos estudios recientes han analizado su aplicabilidad para personas con problemas de visión. Hoy en día los smartphones han cobrado gran relevancia y las distintas aplicaciones que se han desarrollado permiten comprar, mandar mensajes, gestionar la cuenta del banco etc. Los smartphones se basan en una pantalla táctil que no puede ser empleada por personas con problemas de visión. Una opción para que estas personas tengan acceso a estos dispositivos es la creación de una aplicación  que es un asistente de voz.  De esta manera se pueden realizar llamadas dictándole los comandos al smartphone, se puede mandar mensajes de texto gracias a que puede escribir el texto que se le lee y viceversa.

Otra aplicación que se ha analizado recientemente es la de emplear los asistentes de voz para recordar a los mayores tomar los medicamentos. En general muchas personas mayores toman diversos medicamentos distribuidos a lo largo del día, algunos no suelen acordarse o no tienen a nadie que les cuide y les supervise para esta tarea. Un estudio muestra que es posible recordar esta tarea a las personas mayores con asistentes de voz que no necesitan conexión a internet. La aplicación se puede emplear para programar la dosis de fármacos así como citas médicas.

Aunque los asistentes de voz pueden ser muy útiles, presentan algunos problemas de privacidad. Se han dado casos en los que el dispositivo ha grabado conversaciones sin que los usuarios los supiesen y lo han subido a la nube donde puede acceder otras personas o incluso se han enviado las grabaciones a personas que están entre los contactos de los usuarios. También se han dado casos como algún niño esté hablando con el asistente de voz, le mencione que es lo que le gusta y el asistente de voz lo haya comprado online sin que ningún usuario diese la orden. Estos incidentes muestran que la IA puede ser vulnerable y también se puede hackear con malas intenciones.

Preocupa especialmente la relación que pueden tener los niños con la inteligencia artificial. En 2017 Mattel anunció un  asistente de voz, Aristotle, diseñado para ayudar a los padres a cuidar y desarrollar a sus hijos. El dispositivo estaba equipado con cámara y micrófono, entre otros.  Estaba pensado para responder a preguntas, contar historias, jugar, monitorizar el sueño, entre otros. Sin embargo, no tuvo éxito porque médicos, padres, y políticos mostraron su preocupación con la privacidad nada más lanzarse al mercado puesto que podía subir videos y sonidos a la nube y estas podrían ser hackeadas. No hay que olvidar que los asistentes de voz son versiones avanzadas de los ordenadores por lo que no son adecuados para que los niños los empleen sin supervisión y no pueden reemplazar las actividades que llevan a cabo los padres.

Teniendo en cuenta todo ello, se ha demostrado que la inteligencia artificial puede ayudar y facilitar las tareas del día a día pero hay que seguir analizando e investigando cómo solucionar los problemas de privacidad que puede presentar.

 

Referencias

Android based voice assistant for blind people M Barata et al. Library Hi Tech News 25, 2018 ISSN 0741-9058.

Voice Assistant to Remind Pharmacologic Treatment in  MJ Azabal et al. Conference paper 2019, 123-133.

Alexa, Can I trust You? H Chung, M. Iorga, J. Voas and S: Lee. Computer 100-104 2017.

Alexa, are you my mom? The role of Artificial Intelligence in child development. B. K. Wiederhold.  Cyberpsychology, behavior, and social networking 2018, 21.

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