Historia de la Ciencia en Oriente_Tarea 6.1.- Conexiones orientales.

Transferencia de conocimiento mediante recetas medicas

Las prescripciones medicas o recetas son la forma más antigua empleada para almacenar conocimiento. Estos documentos se emplearon por largos periodos de tiempo en algunos países como China o India. También se empleaban en otros países por lo que es un documento muy adecuado para comprobar la transferencia de conocimiento entre distintas culturas. Se distinguen dos tipo de receta: la formulación y la prescripción. La formulación se refiere a la manera de preparar la medicación y la prescripción detalla la medicación para un paciente incluyendo notas médicas. La separación de estos dos tipos de recetas se ha observado en la medicina China, Islámica y  Europea.

Para comprender una receta es necesario en algunos casos estar familiarizados con su contexto, en el caso de China, los ingredientes se agrupan en tres secciones dominados Monarca, Ministro y Asistente dependiendo de la importancia del fármaco en cuestión.

Cabe recordar, que oriente y occidente intercambiaron conocimiento en diversas áreas, para ello las misiones Jesuitas fueron muy eficaces. No solo compartieron el conocimiento sobre astronomía o matemáticas, también intercambiaron información sobre medicina, cada cultura poseían conocimientos interesantes para la otra. En el caso de la medicina China tenían la acupuntura o la teoría de pulsos, entre otros, mientras que la medicina occidental ofrecía conocimientos sobre cirugía y anatomía.

También intercambiaron información sobre fármacos, en este caso destaca las plantas chinas con aplicaciones medicas, este conocimiento se recogía en el libro Flora Sinensis (1656) escrito por el jesuita Michael Boym. Para intercambiar información médica empleaban las recetas, puesto que en ambas culturas se había extendido su uso. Traducían los textos Chinos al Latín y viceversa. Los jesuitas contaban con una extensa red en el mundo, con lo que llegaron a coleccionar mucha información sobre fármacos y remedios de un gran numero de países y los compartían entre ellos para que pudiesen emplear estos conocimientos en sus misiones.

En un principio, el objetivo era que los Jesuitas que los misioneros que se embarcasen en misiones tuviesen conocimientos de cómo curar distintas enfermedades, pero más tarde surgió el interés de publicarlas para el público en general. El primer libro traducido y publicado para los occidentales sobre medicina china que contenía recetas fue Specimen Medicinae Siniae (1682).  Para traducir este tipo de documento había que dar un nombre adecuado al “pulso”, la fórmula, los ingredientes, las cantidades de cada ingrediente y las instrucciones para prepararlo. El estudio de los textos originales  chinos y los libros traducidos ha revelado que se basaba en la lectura del texto por un interlocutor chino mientras que el jesuita traducía lo que oía al latín; se cree que el jesuita podía ser Michael Boym mencionado anteriormente.  Cuando no había un nombre equivalente en latín a la palabra china, por ejemplo con los ingredientes, se transcribía la palabra. Emplear la trascripción resultaba útil para los demás jesuitas, porque podrían entenderse con la gente de aquella cultura si tenían que comprar algún ingrediente.

Para que el formato fuese conocido para los occidentales, las recetas se tradujeron al latín y se les dio el formato empleado habitualmente en Occidente para este tipo de documentos. El autor dejó claro que para poder emplear las recetas era necesario tener un conocimiento previo en medicina.

El objetivo de Boym era mostrar que había acosas en común entre la medicina China y Europea, para transferir el conocimiento entre las dos culturas; creía en la unidad de la ciencia a través de las culturas.


 

 

 

 

 

 


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